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Ferran Borrás Guillamet - Coaching Educativo

Para cambiar, hay que querer cambiar.

Para cambiar, hay que querer cambiar.
 
 

A todos nos gusta mucho la comodidad.

Nos quejamos y nos lamentamos, pero hacemos poco

o nada por cambiar.

Para cambiar, hay que querer cambiar.

Luego, saber que se puede y luego poder cambiar.

Y después, al cambiar, hay que aceptar los cambios,

ya que cuando uno cambia, es otro ser.

Uno está cómodo donde está: identificado con sus

propios límites, con sus enfermedades,

con su ambiente social y cultural,

por eso todos tenemos miedo-pánico a cambiar.

El Yo se destroza... pero luego renace un ser más fuerte.

Mejor malo conocido que bueno por conocer,

dice un refrán popular que todos inconscientemente

aplicamos a nuestras vidas.

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