Acerca del ego
El ego es una comparación.
El amor propio y el orgullo no son comparativos; esa es la diferencia básica.
En el ego siempre te comparas: soy superior a los otros, soy mejor que tú,
estoy más elevado que tú, soy más piadoso que tú; yo soy un santo, y tú un pecador.
Por cualquier razón, te comparas a ti mismo, como si fueras superior
y reduciendo al otro a inferior. Así se forma el ego.
Pero el orgullo no es comparativo. No tiene nada que ver con los demás.
Simplemente dice: me respeto a mí mismo, me amo a mí mismo,
simplemente estoy orgulloso de ser; sólo por estar en esta maravillosa existencia.
No tiene nada que ver con los demás.
En el momento que empiezas a comparar, comienzas un juego sucio.
Mi respeto por mí mismo no es un obstáculo para que tú seas respetuoso contigo mismo.
De hecho, me encantaría que te respetaras a ti mismo, porque si tú no te respetas,
¿quién te va a respetar?
Si no estás orgulloso de ser un ser humano,
la consciencia más evolucionada de la existencia,
entonces ¿quién va a estar orgulloso de ti?
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